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Ya hemos comenzado con la rutina diaria, suena el despertador, ducha, ropa…y ¿desayunáis? o ¿salís corriendo al colegio? Seguro que habéis escuchado muchas veces que el desayuno es muy importante, sin embargo algunas personas no hacen un buen desayuno o directamente no desayunan. Si como padres y madres no desayunamos no pidamos que nuestros hijos lo hagan. El desayuno debe hacerse en familia a ser posible, pero sino, al menos con la presencia del padre o la madre que constaten que el niño se está alimentando correctamente. El desayuno en familia les ayuda a los pequeños a fomentar buenos hábitos y les estaremos dando la oportunidad de guardarse los mejores recuerdos de su vida. Además, el desayuno debe ser un momento tranquilo, donde no debe faltar algo de fruta, lácteos e hidratos de carbono y se debe evitar la bollería industrial.

Uno de los problemas que suelen ponerse de relieve es que los niños se levantan sin hambre, pero el problema no es que se levanten sin hambre, sino que el niño debe tener tiempo desde que se levanta hasta que desayuna para que su organismo le mande señales de que su estómago está vacío, es decir que le llegue la sensación de hambre y que, por lo tanto, necesita llenarse antes de comenzar a hacer actividades. Es decir, que si el niño o la niña se levanta sin hambre, lo que dicen los expertos es que se acuesten antes y se levanten antes para darles tiempo a desayunar sin prisas.

¿EN QUÉ CONSISTE UN BUEN DESAYUNO?

Un simple vaso de leche o de zumo no aporta los nutrientes necesarios para este fin ¡un café tampoco! Debemos tener en cuenta la importancia de un trío de alimentos para el desayuno, compuesto por:
Lácteos: un vaso de leche, un yogur fresco o queso fresco.
Cereales: pan, galletas, pan integral, repostería elaborada en casa o cereales de desayuno (ojo, hay que comprobar que sean lo más saludables posibles, ya que muchos tienen grasas saturadas y azúcares en exceso).
Frutas o zumo natural.
También se podría complementar en algunas ocasiones con otros alimentos proteicos como huevos, jamón, frutos secos, etc.

Aquí os dejamos un MENÚ SEMANAL DE DESAYUNOS SALUDABLES para niños, con distintas combinaciones de alimentos que no deberían faltar en el desayuno.

LUNES: Vaso de leche con cacao, galletas integrales y plátano.
MARTES: Batido de frutas y sandwich de jamón con queso.
MIÉRCOLES: Cereales con leche y jugo de naranja.
JUEVES: Vaso con leche, tostada con aceite de oliva y una fruta (naranja, manzana…).
VIERNES: Yogur, frutas secas y jamón.
SÁBADO: Frutas picadas con yogur y leche con chocolate.
DOMINGO: Leche con cacao, pan casero y una fruta.

Como vemos, las combinaciones son posibles y hay bastante variedad entre los alimentos recomendados. Tenemos las bases para que el desayuno sea completo, ahora solo falta ponerlo en práctica.
El desayuno no es un puro trámite para ir al colegio hay que dedicarle su tiempo porque es la comida más importante del día y evita problemas de sobrepeso.
Y es que dejar de desayunar o no realizarlo de forma completa junto al sedentarismo, propician que tu hija o hijo desarrolle sobrepeso y obesidad infantil, así lo reveló el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) .
El experto en llevar a cabo esta investigación de IMEO, Rubén Bravo, mencionó a la Agencia EFE que además de ganar peso, los niños que no desayunan también son más propensos de padecer problemas musculares, diabetes, hígado graso y asma.
Si tu hijo está en la guardería, escuela o colegio tendrá menos “combustible” para enfrentar su aprendizaje y generará ansiedad que podría convertirse en mal comportamiento y berrinches.
Si tu bebé tiene 3 años, necesita un dieta saludable que le provea de 1.300 calorías, en cambio si tu hijo tiene 12 años, necesita 2.200, indica el experto.
Comer sentado y sin rapidez
A la hora de cuidar la alimentación saludable de tu pequeño, asegúrate de que él o ella tome su desayuno sentado y con al menos 15 0 20 minutos de tiempo. Si lo logras, tu niño tendrá buena actitud, buena condición física y mejorará su aprendizaje.
Otra estrategia para que se levante con muchas ganas de comer por las mañanas es que duerma de 10 a 12 horas al día. Tendrá mucho apetito si no realiza una cena pesada el día anterior. Inicia la primer comida con líquido (jugo, zumo) y luego dale la comida sólida (emparedado, tortilla, cereal).

Para finalizar queremos dejaros unos consejos prácticos para que vuestros hijos puedan llevar frutas cortadas al cole sin que se estropeen y de esta manera  realizar un tentempié saludable.. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de 5 o más raciones de frutas, verduras y hortalizas al día de forma regular.

Cuando salimos con los niños al parque o de excursión vosotros podéis controlar la oxidación de la fruta. Pero cuando metéis  el tupper con fruta en la mochila os arriesgáis a que vuestros hijos se tomen la fruta oxidada y fea. Manzanas, peras o plátanos se pueden oxidar en pocas horas. Este proceso natural se llama ‘pardeamiento enzimárico’ y se produce debido a la acción de una enzima que concentra la oxidación de distintas moléculas cuando actúa junto al oxígeno. Para que esto no ocurra os vamos a dar 5 sencillos consejos que ayudan a prevenir la oxidación.
1. Rociar con limón
Una buena idea es buscar un tuper o recipiente hermético para colocar la fruta en trozos y una vez colocada la podemos rociar con un poco de zumo de limón, u otro cítrico. Esto ayuda a mantenerla blanca porque la acidez del limón neutraliza los agentes que la oscurecen.
2. Una servilleta mojada
Para finalizar el proceso anterior se puede mojar una servilleta de papel o papel de cocina en agua y envolver la fruta en el tuper y cerrarlo. Cuando vuestro hijo vaya a comerla, solo será necesario retirar el papel humedecido y los pedazos estarán tan frescos como recién cortados. El papel al estar húmedo hace de barrera protectora, evitando así que el poco aire que pudiese haber quedado en el tuper reseque lo que hayamos puesto dentro y lo oxide.
3. Cuidado con los cuchillos
Si cortamos la fruta con un cuchillo que tenga algo de óxido, seguro que se acelerará tremendamente el proceso de oxidación. Tenemos que prestar siempre atención a los utensilios que entran en contacto con la fruta y revisarlos con anterioridad.
4. En una bolsa de plástico
Además de guardarla en un recipiente totalmente hermético, también podemos meterla en una bolsa de plástico cerrada al vacío. Este sistema también evita que el aire entre en contacto con los alimentos, haciendo imposible la oxidación.
5. En un bol con agua
Otro método para evitar la oxidación es meter la fruta en un bol lleno de agua fría y echar en él un chorro de cualquier cítrico o de vinagre de manzana preferiblemente. Este método puede ser complicado para vuestros hijos en el colegio, pero útil en casa.

Las frutas deshidratadas como alternativa
La fruta deshidratada es una estupenda alternativa ya que una buena parte de sus nutrientes y minerales se mantienen inalterados o incluso se concentran respecto a la fruta fresca.
Las frutas deshidratadas se pueden encontrar durante todo el año y se deben guardar en un lugar fresco y seco lejos de la luz. Si se quiere evitar que se resequen demasiado conviene introducirlas en un bote de cristal bien cerrado. Nunca se deben meter en bolsas de plástico, porque se puede formar moho.
La fruta contiene fibra que mejora el tránsito intestinal y reduce el nivel de colesterol. Tienen un alto contenido en hidratos de carbono en forma de glucosa, fructosa y sacarosa, que son los responsables de su sabor dulce y de proporcionar buenas dosis de energía. Además, contienen hierro, potasio y estimulan y regeneran el sistema nervioso gracias a su cantidad significativa de vitaminas B1, tiamina, y B3, niacina.

¡RECORDAD!
Los niños que no desayunan bien no obtienen buen rendimiento escolar, además fallan en concentración, en rendimiento físico, rendimiento intelectual y tienen menos capacidad de atención.


Fuentes: Ser Padres, Pequeguía , Sapos y culebras(El mundo)

 

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