Elsa Punset es escritora, filósofa y divulgadora, también es una de las principales referencias de habla hispana en el ámbito de la aplicación de la inteligencia emocional como herramienta para el cambio positivo.
Elsa Punset comenta: «El mejor favor que podemos hacer a nuestros hijos es ayudarles a vivir con todas las emociones, dejarles expresarlas y ser ejemplo de cómo se gestionan».
Todo el mundo libra una batalla, la vida diaria no es siempre fácil, está llena de pequeñas frustraciones, de pequeñas decepciones, de pequeños dolores y grandes pérdidas. El afecto nos hace superar los obstáculos.
Otra forma de afecto es el poder de las expectativas, cómo miramos a los demás. La mirada que tenemos de los demás da alas a los demás ,esto es inteligencia emocional. Para entenderlo mejor Punset nos explica una estrategia que emplea Benjamin Zander uno de los grandes directores de orquesta que tenemos y gran docente. Y él lo que hace es que el primer día de clase reúne a sus alumnos y les dice: «Os pongo un diez a todos, todos tenéis un diez. Ahora os vais ir a casa y, en casa, vais a escribir una carta y, en esa carta, vais a decir qué clase de persona sois cuando sois realmente sobresalientes, cuando os merecéis este diez. ¿Cómo sois? Describíos y decidme qué vais a hacer el resto del año para ser esa persona» La mirada del otro te puede hacer creer en ti.
Tenemos un cerebro donde la razón y la emoción no están enfrentadas, sino que funcionan a la vez. Antonio Damasio, uno de los padres de la neurociencia, dice: «en la base de cada pensamiento racional, y, por lo tanto, de cada comportamiento, hay una emoción, y por eso pensamos que es tan importante educar las emociones en los niños, porque es educar su cerebro entero». Las emociones son entrenables, como un músculo. Actualmente en las escuelas afortunadamente se enseñan a los niños autocontrol, optimismo, alegría, serenidad… pues estas emociones tienen un impacto brutal sobre su inteligencia, porque un niño estresado, un niño triste aprende mucho peor que un niño que está emocionalmente en paz. Las emociones dejan una huella en el cuerpo, sobre todo en nuestra longevidad, nuestra memoria, nuestra capacidad de aprendizaje, todo.
Elsa Punset hace referencia a un comentario de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross: «Tenemos que enseñar a nuestros hijos a elegir cada día entre el amor y el miedo», son los dos grandes polos emocionales, amor y miedo. Amor en su sentido más amplio, creatividad, apertura, curiosidad, risa, amor tal y como lo entendemos, romántico, con nuestros hijos, afecto… todo eso es amor. O miedo, que es la protección. También es importante abrazar porque el abrazo es un ritual emocional necesario, sano… Necesitamos mirarnos a los ojos, necesitamos tocarnos, necesitamos abrazarnos, nuestra fuerza es la unión.Mostrar ese afecto da alas a las personas. Las emociones se contagian como un virus.
«Los atrevidos » es una colección de cuentos infantiles escrita por Elsa Punset VER
Para trabajar en familia hay muchos recursos para educar las emociones «Trabajando las emociones: actividades y juegos»
» Los estudios muestran que los niños que tienen padres y madres emocionalmente inteligentes tienen mejor salud, mejor rendimiento académico, mejores relaciones con los demás y menos problemas de comportamiento». Elsa Punset
Fuentes: Aprendemos juntos ( El País ) y Club pequeños lectores.