Las rabietas son una parte normal del desarrollo infantil. Mediante estas, los niños son capaces de mostrar su malestar y frustración, sobre todo en situaciones en las que se encuentran molestos, cansados o con hambre.
La manera de lidiar con las rabietas de los niños se ha convertido en un reto y preocupación hoy en día para todos los padres. Muchas son las situaciones en la que los niños pueden hacernos pasar un mal rato en cualquier situación social, ya sea yendo a la compra o en mitad de la calle. Esto puede provocar un sentimiento de frustración y falta de control que a veces no somos capaces de gestionar.
Por esta razón, a muchos nos gustaría saber cómo detener este tipo de rabietas o berrinche espontáneos en nuestros hijos, de manera que podamos afrontar estas situaciones con calma y respeto.
En ocasiones, mucha gente piensa que ignorar la rabieta es la mejor manera de lidiar con ella ya que finalmente el niño se cansará y se olvidará del motivo del enfado. Esta técnica, en efecto, contiene un elemento verdadero, ya que el niño dejará de hacer rabietas porque, como mencionamos anteriormente, se siente cansado, pero a su vez siente que sus demandas no tienen ningún tipo de valor.
Nuestros hijos suelen llamar la atención con estos comportamientos negativos para protestar por algo con lo que no están de acuerdo. No es posible evitar por completo las rabietas en los niños, pero sí se puede intentar evitar que ocurran. En este tipo de situaciones, de cara a controlar el enfado de nuestro hijo, lo mejor es trasladarlo a un lugar distinto del que comenzó la rabieta.
Hay que tener en cuenta que solo cuando se calme y pueda escuchar nuestros argumentos podremos hablar con él, ya que en el propio proceso de la rabieta va a negarse a atender a razones. Calmarse será la única solución, así que podemos hablarle tranquilamente y explicarle que entendemos por qué está enojado, pero que solo podremos hablar cuando esté calmado.
Es importante que sepamos la causa para que podamos enfocarnos en ella antes y después de que ocurra la rabieta. También se debe saber que hacer el amago de irnos para conseguir que cesen en su enfado no va a conseguir resultados positivos, sino todo lo contario.
Por otro lado, tampoco va a resultar efectivo el castigo físico o el grito ante este tipo de conflictos, ya que esto puede afectar su autoestima a largo plazo.
La paciencia será nuestro mayor aliado en estas situaciones, tendremos que sentarnos a su lado y escuchar lo que quiere expresar, pero no sabe cómo, para poder comprenderle y aceptar sus emociones.
El contacto físico resultará reconfortante, así como entender la causa de su enfado, aunque no estemos de acuerdo en la manera de expresarlo.
FUENTES: Educación 3.0 / Pinterest